Aunque nos gusta mucho el sol, lo cierto es que es muy dañino para nuestra piel.Todos lo sabemos, pero la verdad es que tendemos a ignorarlo. Sobre todo porque los efectos sólo son visibles a largo plazo. Está demostrado que la mayoría del daño producido por el sol se produce en las dos primeras décadas de la vida. Es acumulativo y no reversible. Mejor no pensar en esos largos veranos de nuestra infancia que pasábamos en la playa de sol a sol sin fotoprotección y en los que "quemarnos y pelarnos" formaba parte del ritual de cada verano. Con nuestros hijos lo podemos hacer un poco diferente.
La piel del niño pequeño por sus características especiales es más susceptible a este daño, por lo que se recomienda evitar toda exposición al sol durante los 6 primeros meses según algunos autores y los 3 primeros años según otros. Evitar la exposición al sol el primer año, sobre todo los primeros 6 meses me parece razonable y factible.
Coppertone (Tally Embry Advertising, 1953)
Hay pediatras que recomiendan no dar el suplemento Vitamina D recomendado en menores de un año, durante el verano, animando a la exposición al sol. Esta recomendación no tiene ninguna base.
Hay varios estudios que demuestran que por lo general tendemos a aplicar menos de la mitad de la dosis recomendada. Aplica la protección generosamente, el doble de la que pensarías poner en principio.
Administra la primera dosis media hora antes de la exposición, repetir cada 2 horas, y siempre tras el baño o secado vigoroso.
Además de cremas protectoras son recomendables los gorros, ropa y sombrilla, sin olvidar que si el bebé pasa mucho tiempo en la playa o piscina, le acabará llegará radiación solar en cantidad significativa que se refleja en el agua, asfalto, arena...
Evitar horas centrales del día, de 11 a 5 pm, especialmente con los más pequeños. Usar la regla de la sombra; cuando casi no hay sombra, hay que subir a casa, algo tan simple puede motivar a los más pequeños.
Peter Pan.Walt Disney.1954
Hay dos tipos de sustancias protectoras:
a) Filtros físicos :sustancias minerales inertes como el óxido de Zinc y Titanio. No sensibilizan, no se absorben. Son más difíciles de extender, aunque con la nueva nanotecnología están mejorando notablemente su cosmética y aceptabilidad.
No ofrecen por sí solos protección 50, para ello hay que añadir filtros químicos.
Son los más recomendables para niños menores de 2 años y pieles atópicas.
b) Filtros químicos: Puede teóricamente absorberse, pueden sensibilizar la piel y producir alergias, no hay datos sobre su seguridad (tampoco de su toxicidad) en niños.
La oxibenzona, el PABA y los perfumes debería evitarse.
La FDA norteamericana recomienda evitar uso de fotoprotectores por debajo de los 6 meses de edad por riesgos de seguridad teóricos. Aunque lo ideal sería evitar el sol en absoluto, para esos momentos de baño o paseo, si parece razonable usar en zonas no cubiertas por la ropa un fotoprotector, preferiblemente con filtros físicos.
Usar siempre fotoprotector por encima de 30, mejor FP 50.
Que proteja también contra la radiación UVA y no sólo UVB (que es a lo que se refiere el factor de fotoprotección( FP).Esto suele estar indicado en el envase, con un UVA rodeado por un círculo.
No olvidar la protección en días nublados.
La educación empieza por el ejemplo. Difícilmente vamos a poder inculcar hábitos saludables si estamos todo el día tumbados "vuelta y vuelta" tomando el sol. Como todo en la moda es cíclico, lo bueno es que no tardará en llegar el día en que el moreno estará "out".
Todas estas recomendaciones son más importantes en personas con fenotipo de riesgo (ojos claros, piel blanca, siempre se quema nunca se broncea, abundantes pecas o lunares, antecedente familiar de melanoma...).
Dejo enlace a un vídeo de Youtube que muchos ya habréis visto, no muy científico pero si muy motivador, se lo dedico a una que yo me sé.
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