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domingo, 4 de diciembre de 2016

Pediatra más valorado en España 2016

Hace unos pocos días me notificaron que había ganado el  premio al pediatra mejor valorado del año en España 2016.
El premio lo concede Doctoralia, una plataforma internacional  de citas médicas por internet muy popular, basándose en las opiniones de los pacientes y también en los votos de los médicos.













Básicamente es como un directorio dónde figuran casi todos los médicos  y dónde la gente puede opinar sobre ellos, tipo Amazon o TripAdvisor. Además los pacientes pueden hacer preguntas que los especialistas pueden orientar.
La idea es buena, yo soy muy fan de la “democratización de la opinión”, a mí me ayuda como consumidor y a su vez intento  reflejar mis opiniones tanto positivas como negativas en relación a libros, restaurantes, hoteles, etc. Creo que el “feedback” es muy importante, tanto para ayudar a la mejora, como para premiar al que lo hace bien. 
En EE.UU la búsqueda de profesionales médicos por internet es un standard, lo que no está en la red es irrelevante;  en España cada vez tiene más peso. Aunque muchos colegas no le dan mucha importancia, esto es el “futuro-presente”, la gente “Googelea” todo, quiere saber quien le atiende, y la reputación online es muy importante para cualquier profesional.
Esto no me convierte por supuesto en el mejor pediatra de España como piensan mis hijos, je, je.
Tengo la suerte de haber conocido en el pasado y trabajar en la actualidad con muchos médicos mucho más brillantes que yo, que saben mucho más que yo, y de los que tengo la fortuna de seguir aprendiendo cada día.  Pero también es cierto en que el trabajo de un médico es por y para sus pacientes,  y por eso este premio es para mí muy importante.
Muchas gracias a los que se han tomado la molestia en dejar su opinión y muchas gracias a todos los colegas que me han votado y a todos los que cariñosamente me habéis felicitado. Gracias  de todo corazón. Este reconocimiento es para mí un estímulo impagable para seguir haciendo lo que intento cada día, con mejor o peor fortuna: dar a todos mis “pacientitos” y sus familias el mejor cuidado que se  pueda dar y seguir mejorando cada día para ser el mejor médico que pueda ser.


Muchas gracias a todos 

domingo, 20 de noviembre de 2016

Tratamiento de la fiebre en niños. Los 10 mandamientos . Actualizado 2022

Cuando tratamos la fiebre tenemos que recordar que sólo tratamos un signo, con ello no desaparece la enfermedad que lo ha originado.
El objetivo no es por tanto hacerla desaparecer del todo, como se empeñan muchos padres y no pocos pediatras, sino que el niño esté más confortable mientras gestiona la enfermedad.
No es un objetivo razonable que el niño no tenga una sóla décima más por encima de 37ºC como muchos piensan.
Si no has leído los artículos anteriores dónde explico otros aspectos sobre al fiebre, te animo a hacerlo antes de continuar, los tenéis en la etiqueta de fiebre del Blog; aquí el enlace del primero de la serie, fiebre en niños, cuando consultar.




Para "combatir"la fiebre podemos optar por las llamadas medidas físicas o bien por los fármacos.

Las medidas físicas serían el equivalente a abrir la ventana para disipar el  calor en la analogía de la habitación que os contaba el otro día.  Tiene la ventaja de ser "natural" pero el inconveniente de ser incómoda para el niño y tener eficacia limitada en el  tiempo. Poco útil para una fiebre "de verdad"como única medida.
Desabrigar al niño (siempre que esté confortable) ayudará a disipar calor, los paños de agua fría pueden ayudar, pero evitaremos friegas con alcohol o baños con agua fría. Yo no lo he visto porque soy muy joven, je, je, pero me contaron que en Urgencias de la Paz hace años había una bañera que llenaban con agua y hielos para los niños que llegaban con fiebre alta, pobrecitos..
En cuanto a los fármacos o antipiréticos, que actuarían bajando el termostato de la habitación, tenemos 3 opciones: paracetamol, ibuprofeno y metamizol, de los que hablaré a continuación.
La aspirina que muchos recordarnos de nuestra infancia ya no se recomienda para tratar la fiebre porque puede desencadenar un proceso muy grave, el síndrome de Reye. Ya desde la antigüedad se usaba la corteza del sauce blanco como antitérmico ya que contiene salicina, precursor del ácido acetilsalicílico (Aspirina).



                                                                       Satix alba o Sauce blanco


El naproxeno es similar al ibuprofeno, pero en España no está disponible en jarabe.

1) PARACETAMOL. 
Sería la primera opción. Es un fármaco seguro y sin apenas efectos secundarios a las dosis recomendadas. Es un eficaz antitérmico (baja la fiebre) y un buen analgésico (quita el dolor). Alcanza su efecto antes que el ibuprofeno, pero el efecto dura menos, por lo que debemos darlo cada 4-6 horas. Lo importante es no pasar de la dosis máxima diaria, por el riesgo de toxicidad hepática. Al tener dosis máxima diaria, esta dosis que daremos será más baja si lo damos cada 4 horas y más alta si la pauta es cada 6 horas.
Aquí en el blog no voy a hablar de dosis, eso se lo dejo a vuestro pediatra. Si comentaré que hay un rango de dosis recomendado bastante amplio, lo que explica que a veces os manden dosis diferentes, cosa que a veces os despista un poco. También puede haber diferencia entre lo que indica el prospecto (recomendaciones generales orientadas por edad y peso aproximado) y lo que os indica el pediatra (que lo calcula por el peso exacto).
Un problema es su mejorable sabor, algunos niños lo rechazan (no tantos), pero sobre todo que los padres perciben que es menos potente que el ibuprofeno (quizás porque dura menos la acción y claro "la "fiebre vuelve" y eso da mucho miedo. Esa creencia tan extendida de que el "paracetamol no sirve para nada" se repite como un mantra de madre a madre, y tiene como consecuencia que casi todos los padres usan casi exclusivamente el ibuprofeno, tema que a mí personalmente me preocupa.
La vía oral es preferible a la rectal, que es más errática en cuanto a absorción, aunque sin duda es una buena opción para los pequeños que vomitan a voluntad (qué ricos son los niños  ¿verdad?).

2) IBUPROFENO.
Además de un eficaz analgésico y antipirético, tiene acción anti-inflamatoria, ventaja que no tiene el paracetamol. Esto puede ser necesario en el caso de una otitis o una artritis, pero no para la mayoría de las infecciones. Además suprimir la vía inflamatoria que es la respuesta de nuestro organismo a la agresión no tiene por que ser bueno necesariamente.
Otra desventaja es que sí puede tener efectos secundarios incluso a dosis correctas, como gastritis y sangrado digestivo, afectación de la función de las plaquetas y sobre todo daño a nivel renal. En los últimos años se han publicado trabajos haciendo hincapié en el riesgo que puede suponer el uso de ibuprofeno en niños con un nivel de hidratación "justito", cosa que ocurre no sólo en procesos de gastroenteritis, sino en muchos procesos febriles en los que el niño pierde líquido de más por al fiebre y toma menos menos por el malestar que tiene. Esto no quiere decir que el ibuprofeno no sea útil y seguro, insisto, sólo tenemos que ser prudentes.
También tiene una  dosis máxima diaria, y al durar más la acción lo podemos dar cada 6-8 horas. 
No se recomienda en lo menores de 6 meses porque no se hay suficientes estudios de seguridad, pero tu pediatra puede individualizar según el caso.
Los jarabes suelen saber mejor que los del paracetamol, de hecho algunos de vuestros hijos son yonkis como bien sabéis. No hay presentación rectal. Hay marcas con y sin sacarosa, yo prefiero sin, aunque lo más importante es que a tu hijo le guste el jarabe para que no te lo escupa a la cara.
Importante recordar que hay dos concentraciones del fármaco, al 2% y al 4%, recomiendo tener una sóla en casa para evitar errores. En mi opinión es mejor la concentración del 4% ya que supone menos cantidad de jarabe que el niño tiene que engullir.


                                                                Popular marca de ibuprofeno, tal como la pronuncian algunos padres 
                                                                                                                    


3) METAMIZOL.
Conocido por muchos en España como Nolotil®.
Tiene acción analgésica y antipirética potente, pero es de segunda línea, por el riesgo de un efecto adverso muy infrecuente pero muy grave, que es la afectación grave de la médula ósea con agranulocitosis. Aquí en España lo usamos con cierta alegría, pero en EE.UU lo retiraron en 1979 y no lo han vuelto a usar. Es cierto que han salido investigaciones últimamente que dicen que probablemente es mucho más seguro de lo que se dijo en un principio, pero siempre lo usaremos como tercer recurso. Recientemente han retirado la presentación rectal en España.

4) ALTERNANCIA DE ANTIPIRÉTICOS.
Este tema es apasionante, ha hecho correr ríos de tinta en revistas pediátricas y alimentado encendidas discusiones entre los médicos. La última en mi Servicio hace unos días.
Estos son los hechos:
1)Se puso de "moda" hace unos años entre padres y muchos pediatras recomendar alternar siempre antitérmicos, esto es, dar una vez ibuprofeno y la siguiente paracetamol.
2) Posteriormente salieron varios artículos en revistas prestigiosas dónde no recomendaban esta práctica por el riesgo de que los padres confundieran dosis al usar 2 fármacos distintos (como si fueran tontos) y porque no era más eficaz el uso alternante para bajar la fiebre que el uso de uno sólo.
3) La casi totalidad de los pediatras entendieron que "nunca se pueden dar de forma alterna paracetamol e ibuprofeno" y así se los transmitieron como un mantra a sus pacientes. Esto tiene dos consecuencias:
a) Casi todos los padres usan ibuprofeno, porque si solo puedo usar uno, uso el más " potente" y que dura más. Consecuencia: más efectos secundarios.
b) En las ocasiones que a las 3-4 horas de dar ibuprofeno mi hijo vuelve a tener fiebre, "como no puedo dar paracetamol" le doy ibuprofeno, intoxicando a mi hijo.
c) En el caso menos probable de que decida no intoxicar a mi hijo me planto en la Urgencias del hospital a las 3 de las madrugada para que el pediatra de turno "lo intoxique" por mí.
Esto que parece broma, no lo es y es muy serio. Es la consecuencia de leer sólo por encima la literatura médica y no meditar sobre lo que hacemos. En guías muy prestigiosas como la NICE británica lo dice muy claro.
Es mejor usar como norma general sólo un antitérmico, pero si necesitamos usar otro a las 3-4 horas porque vuelve a subir la fiebre y el niño está incomodo, no hay ningún problema en dar el que no hayamos usado, ósea, alternar paracetamol con ibuprofeno cada 3-4 horas, si es necesario.

5) OTRAS RECOMENDACIONES
- No debemos dar antitérmico como preventivo de la reacción vacunal siempre.
Cómo todo, hay que individualizar y en alguna vacunas como la del meningococo B (que ocasiona fiebre o dolor con más frecuencia) si solemos recomendarla.
- No debemos dar antitérmico antes de que aparezca la fiebre para prevenir las crisis febriles incluso aunque nuestro hijo las sufra; está demostrado que no sirve para nada.
- Es muy importante ofrecer líquidos frecuentes a un niño con fiebre, tiene más riesgo de deshidratarse. Si no quiere agua, el Aquarius© no suele fallar (lamentablemente no me pagan por decir esto).
- No dar un antitérmico cuando tu hijo hierve en fiebre porque le vas a llevar a tu pediatra y así lo ve con fiebre, es un bonito detalle, pero no es necesario. Tu pediatra lo podrá explorar mejor sin fiebre y el encuentro será menos traumático para ambos.
- Si tu hijo vomita el antitérmico antes de media hora, es razonable repetir la dosis.
- Hay ocasiones que después de dar un antitérmico la fiebre no sólo no baja sino que encima sube. Esto es motivo frecuente de alarma y consulta, pero muchas veces damos el medicamento en plena
 "subida de fiebre" y el fármaco puede tardar hasta 1-2 horas en hacer efecto; hay que tener paciencia.
- Tampoco es cierto que todos los niños con sibilancias, pitos o asma no pueden tomar ibuprofeno; esto sólo es cierto para los niños sufren  un raro cuadro que asocia asma, intolerancia a AINEs (anti-inflamatorios no esteroideos), sinusitis y poliposis. Es un cuadro muy infrecuente en niños.
- Tampoco se ha demostrado la asociación entre uso de paracetamol y asma 


En resumen, mis recomendaciones. Los 10 mandamientos del tratamiento de la fiebre 

1) La fiebre no es una enfermedad, es sólo un signo.
2) El objetivo no es "cero fiebre", sino que el niño esté confortable. Es muy frecuente que en el  curso de una enfermedad febril banal nuestro hijo tenga durante algunos días temperaturas de 37-37,5º incluso dando antitérmicos y muchos padres lo viven con angustia: "la fiebre no le baja, doctor". Esto es normal, no es fiebre. 
3) Es mejor iniciar el tratamiento con paracetamol, tiene menos efectos secundarios. 
4) Si realmente no es eficaz cambiaremos a ibuprofeno. En casa sólo tendremos una  concentración de ibuprofeno, preferiblemente al 4%. 
5) Si la fiebre es "pesada" y vuelve a subir a las 2-3 horas, podemos alternar ambos, es decir, dar paracetamol, a las 3 horas ibuprofeno, a las 3 horas paracetamol.... Esto sólo será necesario en contadas ocasiones.
6) Si aún así la fiebre no baja, podemos usar de forma puntual metamizol, si  las 2 horas de dar el último antitérmico no vemos efecto. 
7) Evitaremos sobre-abrigar al niño (esto incluye el clásico abrazo madre-oso-manta) y si lo tolera bien y le alivia, le podemos poner unas compresas húmedas (no heladas), pero no como medida única.
Prohibidas las friegas con alcohol, baños de agua helada y demás put.........
8) No usaremos ibuprofeno si el niño tiene vómitos repetidos, diarrea, nos han dicho que está un poco deshidratado, orina poco, o tiene problemas renales ( o tener sólo una riñón).
9) No usaremos antitérmicos de forma preventiva, ni ante la vacunación, ni para prevenir las convulsiones febriles, ni para evitar "que vuelva a subir la fiebre".
10) Ofreceremos líquidos de forma frecuente y siempre nos concentraremos en el bienestar del niño y no tanto en la fiebre.











domingo, 11 de septiembre de 2016

Cordón Umbilical del recién nacido: Cuidados y problemas 1

Cuando nacemos nos cortan el cordón umbilical que nos ha mantenido conectados a nuestras madres. Algunos mantienen un cordón umbilical virtual de por vida, para desesperación de sus mujeres, pero de esas insanas dependencias hablaremos en otro momento.





El trozo que queda o muñón umbilical (así se llama) se secará, momificará y se caerá en unos días, dejando una herida que tras curar, cicatrizar y retraerse dará lugar al simpático ombligo.
Pero mientras ocurre eso, es de vital importancia cuidar bien ese muñón para evitar infecciones. La mayoría de la gente no lo sabe, pero en países menos afortunados que nosotros con bajos niveles sanitarios, es el origen de muchas infecciones: onfalitis, sepsis y muertes de recién nacidos.


                                                 Onfalitis Grado 2 con celulitis (Colección personal) 



Es fácil de entender si pensamos que al fin y al cabo y durante unos días, el ombligo es una herida abierta donde antes se localizaban 2 arterias y una vena umbilical, y además está  situada en una zona bien sucia (el area del pañal). Resumiendo, una herida en contacto con el torrente sanguíneo situada en una zona sucia y contaminada, una combinación explosiva.
Por ello, además de usar material estéril (tijeras y guantes) en el paritorio, hay que cuidarlo posteriormente apropiadamente.
Hay 2 enfoques para cuidar ese cordón, ambos válidos y ninguno ha demostrado clara superioridad sobre el otro, pero si crean confusión a los padres: lo que me dicen en la maternidad, lo que dice la matrona, lo que dice la "Salus", lo que dice el pediatra, y como no, lo que opina mi suegra...

1) CUIDADO EN SECO. Es el que está más en boga en los últimos años. Consiste en lavar con agua y jabón y mantenerlo seco y al aire, sin aplicar ningún antiséptico. Es el recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los recién nacidos en hospitales en países desarrollados.

Ventajas teóricas: Es más natural, no implica el uso de sustancias químicas que aunque seguras  pueden irritar la piel y no altera la flora natural ni selecciona bacterias resistentes. Más barato.
Inconvenientes teóricos: En entornos sociales desfavorecidos se asocian a mayor tasa de infecciones.


2) CUIDADO CON ANTISÉPTICO. Aplicar con una gasa estéril un antiséptico como una solución de clorhexidina al 4% ó alcohol de 70º 2-3 veces al día y siempre que esté sucio o mojado.
Recomendado por la OMS en partos en domicilio o países subdesarrollados.

Ventajas teóricas: Más seguro.
Inconvenientes teóricos: No es natural, implica química, puede irritar y alterar la flora natural. Puede retrasar la caída del muñón.

Es curioso que aquí en España, la Guía de Cuidados desde el nacimiento. Recomendaciones basadas en pruebas y buenas prácticas  publicada por el Ministerio de Sanidad en 2010 sólo menciona el cordón umbilical en dos ocasiones: para decir que hay que hay que pinzarlo y que en la primera visita del recién nacido hay que establecer buenas prácticas de cuidados... nada más en 109 páginas.

Hasta aquí la teoría, luego nos topamos con la realidad. Y la realidad es que el cordón da mucha grima y mucho asco (también llamado respeto o miedo). La mayoría de los padres no quieren ni verlo, así que no te cuento lavarlo y secarlo  con eficacia. Y es por ello que a pesar de la incansable labor educativa que matronas, enfermeras y auxiliares hacen en los hospitales, desde que se recomienda el lavado en seco, vemos más colonizaciones e infecciones del cordón.

Mis recomendaciones personales.
1) Si no te da grima, agua y jabón y secar bien.
2) Si te da grima, mejor usar clorhexidina o alcohol con gasa estéril, limpiando con entusiasmo toda la base, incluyendo la parte de atrás.
3) Dejar siempre al aire, sin cubrir con el pañal y sin poner gasitas ni otros complementos.
4) No aplicar nunca Betadine, ni pomadas antibióticas, ni cremas ni unguentos, ni NADA que no sea Clorhexidina o Alcohol de 70º.
5) Pregunta antes del alta como lo has hecho hasta ahora y asegura cita con tu pediatra a las 48 horas del alta para nueva evaluación.
6) Se puede mojar al bañarlo, pero hay que secar luego muy bien.
7) Puede sangrar un poco, es normal.
7) Si empieza a oler mal o tiene secreción pide cita preferente con tu pediatra
8) Si se pone roja la piel alrededor tienes que acudir a URGENCIAS.

Aprovecho para felicitar a todos los nuevos padres que lean esto. Mucho ánimo....




lunes, 18 de julio de 2016

Viajar con niños

Unas recomendaciones muy generales .Os dejo enlace de un artículo escrito por un pediatra muy buen amigo mío.




                                           Enlace :  Artículo sobre viajar con niños

domingo, 17 de julio de 2016

En defensa de la fiebre. Parte 2. ¿Qué es la fiebre y para qué sirve?. Actualizado 2022

La fiebre es una elevación de la temperatura corporal controlada por un sofisticado sistema, una muestra más de la maravilla que es el cuerpo humano.
Además, hay elevaciones de la temperatura que no son fiebre, entonces hablamos de hipertermia; están fuera de control y son otra cosa que nada tiene que ver con la fiebre, otro día os cuento algo.




Nos podemos imaginar el sistema de control de la temperatura regulado por el hipotálamo como si fuera el termostato de nuestra casa. Por diversas causas, se ajusta el nivel del termostato 0,5º- 4 ºC por encima de su valor normal. Entonces nuestro cuerpo percibe que está frío y pone en marcha mecanismos para ajustar la temperatura corporal a ese nuevo valor. Eso explica que sintamos frío, busquemos abrigo, tengamos escalofríos, aumente nuestro metabolismo, el corazón lata  más rápido... todo ello con el fin de aumentar nuestra temperatura.
También se activan mecanismos para disminuir la pérdida de calor por la piel, que tiene como consecuencia esas manos y pies fríos que tantas veces nos alarman.
Es como si en nuestra habitación, para lograr la nueva temperatura dispuesta en nuestro termostato, se activara a tope la calefacción y cerráramos todas las ventanas.
La fiebre por tanto produce síntomas por sí sola, a veces difícil de diferenciar de los que produce la enfermedad en sí: el niño está irritable, tiene mala cara, está pálido, abatido, le duele la cabeza, la tripa, le puede doler todo el cuerpo, vomita, no quiere comer... todos ellos síntomas inespecíficos que provoca la fiebre y preocupan aún más a unos ya preocupados padres de un niño con fiebre.
Ese termostato es característico de cada persona, explica lo que nos cuentan las madres: hay niños que casi nunca tienen fiebre alta, otros en cambio se ponen en 40ºC con facilidad...
La fiebre está mediada por la acción de unas sustancias llamadas pirógenos, que pueden ser producidos por agentes infecciosos, pero también por células de nuestros sistema inmunológico.
Y esto lo cuento, para entender algo muy importante en relación a la fiebre. Detrás de una fiebre no siempre hay una infección; hay otras causas, algunas de hecho peores. Hay fiebre por tumores, por procesos inflamatorios o inmunológico, por fármacos... Soy consciente que esta afirmación no va a tranquilizar a mis lectoras más hipocondriacas, pero afortunadamente es muy muy infrecuente, y mucho más en los  niños.



                                                     "Durante el parto el dolor es tan intenso que una mujer casi 
                                                      puede llegar a imaginarse como se siente un hombre con fiebre ".



Y todo esto, ¿sirve para algo? Pues parece que sí. Un mecanismo tan costoso desde el punto de vista energético (aquí es donde capto la atención de algún ingeniero despistado que puede estar  leyendo  esto) no ha persistido a lo largo de millones de años de evolución sin tener beneficios. La evolución de las especies (incluyendo la nuestra) es así de pragmática. Lo que no sirve o no se usa acaba desapareciendo, lo que plantea no pocas incertidumbres en cuanto al futuro del cerebro humano y algún otro órgano, pero ese es otro tema....
Está demostrado que un aumento de la temperatura en sangre dificulta la multiplicación de muchos microorganismos, lo que nos ayuda a luchar contra la infección. Eso explica por qué muchos animales de sangre fría como peces o lagartos buscan fuentes de calor cuando presentan una infección. Hay estudios de la era pre- antibiótica que nos cuentan como el pronóstico de muchas infecciones era mejor si cursaban con fiebre.


                                       
                                       


Y este rollo lo cuento para explicar por qué no debemos forrar a nuestros hijos con antitérmicos; la fiebre tiene beneficios que no debemos despreciar, hay que usar antitérmicos con prudencia.
Y además, insisto, la fiebre es sólo un signo, no es una enfermedad en sí misma. Ya saben mis pacientitos que mientras no piense que haya una causa grave de fiebre no me me inquieto, sólo espero a descubrir cual es la causa de la fiebre y puedo esperar más o menos tiempo según la edad del niño y su estado, esperar antes de hacer pruebas o poner tratamientos. Esa espera vigilante del pediatra juicioso a veces desespera a los padres, que no entienden (porque seguramente no lo explicamos bien) que la fiebre no es el problema, es sólo una manifestación, no es peligrosa y no produce daños.
La fiebre que origina una infección no produce daño en niños sanos, salvo que exceda la temperatura de 41,5ºC ( medición rectal, nada de termómetros óticos o frontales).
A partir de 41ºC hablamos de hiperpirexia, y aquí es cierto que las cosas se ponen serias, pero repito 41,5ºC (rectal)  son temperaturas que raramente vemos los pediatras fuera de la temporada gripal. Por eso recomiendo acudir a Urgencias con temperatura mayor de 41ºC rectal (40,5º axilar), cosa que raramente ocurre.
Eso sorprende mucho a la mayoría de los padres que consideran muy altas temperaturas de 39º en adelante, hecho muy frecuentes en procesos virales banales.
En próximo capítulo hablaremos del tratamiento y manejo de la fiebre.

En resumen

1) La fiebre es sólo un signo, no es una enfermedad.
2) Nos importa más la causa de la fiebre, no tanto la fiebre por sí misma.
3) Nos importa más el estado general del niño, no tanto la fiebre.
3) La fiebre puede tener efectos beneficiosos, no hay que empeñarse en hacerla desaparecer a toda costa
4) La fiebre por sí sola no causa daños, salvo por encima de 41ºC axilar
5) Si nuestro hijo está razonablemente bien, una fiebre menor 40,5ºC no es motivo de visita a Urgencias.













domingo, 17 de abril de 2016

En defensa de la Fiebre. Parte 1 . Actualizado 2022

La "fiebre fobia" está muy arraigada en la sociedad Occidental, y posiblemente España esté en vanguardia, como en tantas otras cuestiones exageradas y disparatadas.




                                                                  Entrañable escena familiar; el que está
                                                                  al otro lado de la línea es el Pediatra
                                                         

En adultos la fiebre es un valor añadido; si tu dolencia cursa sin fiebre, es una infección "de todo a cien", no califica para una baja laboral o para faltar a un compromiso. Aunque te estés literal o figuradamente muriendo de tu "enfermedad afebril", no puedes faltar a esa cena con tus suegros.

En niños es otra cosa, la fiebre es el Maligno, así sin más.



                                                                      Capitel románico de la iglesia de Bois-Sainte-Marie.
                                                                      Brionnais, Francia.


Un estudio realizado en EE.UU que preguntaba a padres sobre los efectos de la fiebre en sus hijos revelaba muchas cosas interesantes. Prácticamente todos creían que la fiebre era siempre dañina, el 46% temían que pudiera producir daño cerebral irreversible y un 58% describían un temperatura de 38,9ºC como "alta".
Por ello no sorprende que el 56% diera antipiréticos a sus hijos aún con una temperatura normal.
Yo no tengo recogidas estadísticas propias, pero me atrevería a decir que por aquí las cosas son incluso peores.
Una gran culpa de esta fiebre-fobia la tenemos nosotros, los profesionales de la salud, especialmente los pediatras.
En primer lugar la mayoría dedicamos poco tiempo en explicar qué es la fiebre, para qué sirve, cuándo hay preocuparse y como hay que tratarla.
En segundo lugar,  porque transferimos a los padres la propia ansiedad que la fiebre nos provoca, a nosotros los "expertos en salud", de forma un tanto (mucho) irracional.
Detalles de comunicación no verbal, la insistencia y la forma  en preguntar sobre la fiebre, la importancia que le damos a su tratamiento, etc.
Es muy revelador como está arraigada en el lenguaje médico esta obsesión en torno a la fiebre.
Muchas enfermedades llevan impresa la palabra fiebre: fiebre amarilla, fiebre tifoidea, fiebre periódica, fiebre Mediterránea, fiebre hemorrágica, fiebre del heno, fiebre puerperal, fiebre por mordedura de rata, fiebre de las trincheras, fiebre de Pontiac, fiebre de las Montañas Rocosas, fiebre reumática...No me invento nada, los médicos hemos estudiado todas estas enfermedades febriles.






                                                                         Trinchera del Regimiento de Cheshire. 
                                                                         Batalla del Somme. Francia 1916.  
                                                                         I Guerra Mundial. 
                                                

Esto es sólo un ejemplo de como los propios médicos damos una importancia desproporcionada a la fiebre como entidad; el lenguaje es muy poderoso, ni siquiera intuimos cuánto.
Para que no quede tan largo, que sé que muchas de mis pacientes lectoras me leen por la noche en la cama con el móvil tras una agotadora y heroica jornada, seguiré el próximo día.
Hablaremos de lo más importante: qué es la fiebre, como nos ayuda, cuándo tratarla, y cuándo preocuparnos.
Intentaré ser más regular, aunque reconozco que me encanta cuando me regañan mis tres o cuatro fieles lectoras, parece que este pequeño esfuerzo le sirve para algo a alguien.
Cuidaros.




miércoles, 10 de febrero de 2016

Epidemia gripe en niños 2016

Este año se ha hecho esperar un poco, pero ya está aquí la epidemia anual de gripe.
Es una infección muy frecuente, y sin embargo una gran desconocida entre pacientes y sanitarios.
Los pacientes, porque confunden con frecuencia otras infecciones virales con la gripe. Para algunos todo es una "gripecita" o un "gripazo", ejemplo muy bueno de las connotaciones emocionales del lenguaje.


                                       
                                               

                                                              "Temporada gripe" 

Los sanitarios, porque seguimos "marginando" la vacuna de la gripe y colaboramos a extender su "leyenda negra", sin percatarnos de las consecuencias que esto puede tener en nuestros pacientes.
Si mí médico no se vacuna, ¿por qué voy a vacunar a mi hijo?
Otro día hablaremos largo y tendido sobre el tema.
Si observáis el gráfico primero, en esta 5º semana en Madrid, ya se observa como la curva de casos se dispara, y la podemos comparar con años previos (curva con triángulos rojos= temporada actual).




                                    Datos semana 5º (1-7 Febrero 2016). Comunidad de Madrid. 

En la segunda gráfica, que analiza los casos por edad, podemos comprobar lo que todas las maestras y madres saben: el angel de la gripe está diezmando colegios y guarderías. Luego venimos nosotros, los "viejovenes" y sufridos padres y luego vendrán los abuelos.


      


                        Distribución casos por edades. En "moradito" los niños de 0-4 años 
                       ( NB: si te fijas en los colores, casi parece una predicción del momento político actual)

La tercera tabla nos dice como se manifiesta la gripe habitualmente. Inicio brusco, con tos, fiebre alta y malestar general; sin embargo hay pocos hallazgos en la exploración física.

                                        


Todos estos dato son  aportados por la Red de Médicos Centinela de la Comunidad Madrid que realizan una labor encomiable, y sin embargo poco reconocida. Desde aquí un fuerte abrazo.
A diferencia del año pasado, las cepas que están circulando sí están incluidas en la vacuna de este año, los vacunados podemos estar más tranquilos.
Aunque a priori pueda parecer una época muy aburrida para médicos y pediatras, con muchos pacientes con la misma enfermedad, nada más lejos de la realidad. Es en momentos como éstos dónde la Medicina se acerca al Arte. ¿ Y cómo es eso? Pues muy sencillo.
Con toda la evidencia clínica detrás, pero como mucho "ojo clínico", el buen doctor deberá diagnosticar todos los casos de gripe, que no se cuele nada que no sea gripe y lo parezca (ocurre) y detectar todos los casos de gripe complicada.
Y todo eso con el menor número de pruebas y molestias para el paciente.Y con los mínimos tratamientos innecesarios. Y además, como guinda, tranquilizando a unos padres que lógicamente están preocupados porque su hijo lleva 4-5 o 6 días de fiebre muy alta, y los médicos no le encuentran nada..., dicen que un es virus (como siempre)...
No es Neurocirugía, pero tampoco es nada fácil. Cuidaros.